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El ojo matemático de Horus: Simbolismo y fracciones en la cultura Egipcia

 


El mito del ojo de Horus, también conocido como Udyat, ha trascendido como un potente símbolo de protección y sanación en la mitología egipcia. Sin embargo, más allá de su connotación mística, este ojo representa un sofisticado sistema de cuantificación basado en fracciones, que revela una comprensión profunda de las matemáticas en la antigua civilización egipcia.

La leyenda cuenta que, durante su enfrentamiento con Seth, Horus perdió su ojo izquierdo, el cual fue destrozado. El dios Tot, figura prominente en la sabiduría y el conocimiento, restauró el ojo, pero el resultado no fue una simple reconstrucción física. Este nuevo ojo, conocido como Udyat o "el que está completo", simboliza la restauración del orden y la justicia, pero también presenta un intrigante sistema matemático que se utiliza para representar fracciones de un todo.

El ojo de Horus estaba dividido en seis partes, cada una de ellas correspondiente a una fracción:

                                                          Fuente: (Fraile Martín, 2010)


- La esquina interior del ojo representaba ½,

- El iris correspondía a ¼,

- La ceja se asociaba a 1/8,

- La esquina exterior del ojo a 1/16,

- Un ornamento bajo el ojo a 1/32,

- Y, finalmente, la lágrima simbolizaba 1/64.

Este conjunto de fracciones no solo destaca por su precisión en la representación de porciones de un todo, sino que además ilustra una serie geométrica que, aunque suma cada vez más hacia la unidad, nunca llega a alcanzarla completamente. Este concepto de aproximación infinita es una revelación matemática que anticipa ideas presentes en el cálculo moderno.

Simbolismo fraccional y aproximación al infinito

Matemáticamente, estas fracciones reflejan el principio de una serie geométrica donde la suma tiende a uno a medida que el número de divisiones se incrementa. Sin embargo, al igual que en el mito, donde el ojo de Horus nunca fue completamente restaurado, esta secuencia nunca llega exactamente a la unidad. La noción de algo que está roto y no puede ser totalmente reparado, pero que se aproxima al todo, es un recordatorio filosófico y matemático de la imperfección inherente a la realidad humana.

Los egipcios optaron por detenerse en la sexta división (1/64), aunque el principio subyacente sugiere que la serie podría extenderse indefinidamente. Este límite en la división fraccional refleja una sabiduría práctica en la que las matemáticas servían no solo para describir el mundo, sino también para operar dentro de los límites de la observación y la utilidad diaria.

Conclusión

El Ojo Matemático de Horus es más que un amuleto de protección; es una manifestación del entendimiento avanzado de los egipcios sobre fracciones y series geométricas. Este antiguo sistema numérico continúa inspirando a matemáticos y filósofos por igual, proporcionando una conexión entre el misticismo, el arte y las ciencias exactas. En la interpretación de este símbolo, encontramos una metáfora poderosa sobre la búsqueda humana de la perfección, el conocimiento, y la inevitable limitación de nuestras herramientas para alcanzar la totalidad absoluta, sin embargo, el Udyat sigue brillando no solo como un ícono de poder divino, sino como una lección duradera de las conexiones entre lo espiritual, lo físico y lo matemático en el vasto legado de la civilización egipcia.


Referencia

Fraile Martín, J. (2010). Las fracciones y el Ojo de Horus. Revista Iberoamericana de Educación                                 Matemática, (21), 187-195. SSN: 1815-0640.

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